miércoles, 3 de julio de 2013

La Diva



Ayer cené con una amiga, "La Diva"

La Diva, es una mujer de 1,75 mts de estatura, rubia, ojos verdes y una sonrisa muy bonita. Además siempre es muy elegante vistiendo. De hecho cada vez que voy a comer o a cenar con ella, si hay hombres en el restaurante, se le quedan mirando un buen rato. Y después, me miran a mi, con envidia.

Nos conocimos en un ambiente laboral, y en seguida conectamos. Supongo que yo le caí simpático y ella a mi me pareció una persona risueña y que transmitía muy buenas vibraciones.

En los últimos años hemos ido sabiendo uno del otro con comidas/cenas de manera habitual cada 3 meses aproximadamente.

También durante este tiempo me han llegado algunos comentarios de compañer@s de trabajo en el que se dirigían a ella como "La Diva". Tal vez porque transmite una imagen estereotipada, o por envidia, en el caso de ellas, o tal vez por parecer inaccesible para ellos.

El caso es que ayer cuando llegó al restaurante, guapísima, como siempre se pidió un Vermouth. Y me recordó algunas de las imágenes de los anuncios de Martini.


A lo que iba, pedimos unos entrantes y estuvimos hablando de todo en general, y en un momento dado  terminamos hablando de los hijos, y me contaba que fue muy duro para ella sacar la carrera con dos niños pequeños. Pero que no le quedaba otra opción si quería separarse. Yo le pregunté desde cuando tuvo claro que quería separarse y me respondió "Desde el día de la boda".

Ante mi cara de sorpresa me comentó que casarse fue una huida de la tiranía ejercida por su padre. Hombre dictador, poco tolerante y machista.

Además ya abordando el segundo plato me comentaba que ella había tenido una infancia muy complicada, porque tuvo un hermano, al que adora, que nació con Síndrome de Down. Me decía que ella salía a la calle con él a jugar y veía como su hermano era dejado de lado por el resto de los niños. Ademas su madre se murió muy joven, con 47 años, y eso la marcó mucho.

Con todo, ya estábamos en los postres y me sorprendía que a pesar de estar contándome cosas profundas y personales muy duras, en ningún momento se derrumbó. En algún momento tal vez un poco seria, pero de manera fugaz, porque enseguida su sonrisa se abría paso.

Así que pasé una cena muy agradable, con una mujer magnífica, con una valentía tremenda, y conociéndola un poco mas.

Y de camino a casa, mientras iba conduciendo y escuchando música, pensaba que injustas somos las personas cuando juzgamos solo por las apariencias.

Yo no lo he hecho nunca porque si lo hubiera hecho estaría juzgando.....Malamente.




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